Historia Trazos de Libertad
Trazos de Libertad nació en el año 2016 por la iniciativa del exdragonante Carlos Rojas en la búsqueda de herramientas que permitan la transformación, interiorización y liberación de conflictos internos de las personas privados de la libertad del centro penitenciario de Itagüí, mediante prácticas artísticas como el dibujo, la pintura, la escultura, la literatura y el teatro. En septiembre del 2017, con recursos auto-gestionados se inauguró la primera sala de exposición dentro de un establecimiento carcelario, con la exposición "Trazos de Libertad" donde se exhibieron las obras realizadas durante este tiempo.
Aquí puede leer el testimonio de Carlos Rojas y cómo comenzó el proyecto.
En septiembre de 2019 el proyecto comenzó en la cárcel de Bellavista, bajo un enfoque inicial del arte como terapia. A través de la gestión y acompañamiento de Carlos Rojas el proyecto está funcionando con labor voluntaria en las cárceles de Itaguï y Bellavista y se ha comenzado la gestión para comenzar en Pedregal. En la cárcel de Itagüí se han desarrollado hasta el momento programas de artes plásticas, artes gráficas, música y teatro. Por su parte, en la cárcel de Bellavista se han comenzado a implementar programas de artes visuales y música. En la cárcel de Pedregal se ha adelantado la gestión para iniciar con un programa de artes visuales. Estos talleres cuentan con el apoyo voluntario de los artistas profesionales Camilo Restrepo, Ani Mejía y Federico Ortegón.
Como resultado de este proceso en el centro carcelario de Bellavista, en diciembre de 2019 se realizó una exposición que dio cuenta del proceso adelantado en este último centro penitenciario, en la que se presentó la posibilidad de plasmar en una pieza artística los sentimientos y vivencias de los internos. Es así como Liliana Echeverri, psicóloga de atención y tratamiento del INPEC señala sobre este proyecto que resulta “clave la gestión emocional de los internos y es muy gratificante ver cómo con el pasar de los días, la agresividad de algunos muchachos que llegaron al proyecto es menor y el entusiasmo crece porque se sienten útiles”.
En el año 2020, debido a la contingencia mundial por el COVID-19, se consideraron nuevas alternativas para la ejecución del proyecto. De esta manera, trasladamos nuestro plan de trabajo presencial a una modalidad análoga, a través de bitácoras, en la que exploramos las modalidades de facilitación que posibiliten las diferentes formas pedagógicas en medio de la urgencia global. En este período realizamos una serie de ejercicios, cuyo objetivo era desarrollar la libre expresión y reflexión sobre situaciones por las que los participantes de este proyecto estaban pasando en esos momentos. Por medio del dibujo y las palabras lograron plasmar sus emociones, y se manifestaron sobre esas situaciones difíciles por las que estaban atravesando en los momentos de la pandemia. Los ejercicios sirvieron como vehículo para expresar las emociones, pensamientos y reflexiones de cada uno.
Durante el año 2021, teniendo en cuenta la flexibilización de las medidas nacionales de cara al COVID-19, la forma de trabajo fue mayoritariamente presencial. En cada se abordó el tema de la representación diseminado en capacidades gráficas y habilidades psicosociales, que se trabajan de forma paralela: en cuanto a las capacidades gráficas, se trabajó el rostro en líneas y la figura humana en líneas, con actividades como el dibujo guiado del rostro, retratos, autorretratos, dibujo guiado de la figura humana, entre otros; en lo que respecta a las habilidades psicosociales, se abordó el tema de la identificación de emociones, la autoevaluación emocional, los símbolos y la identidad, para esto se han realizado actividades como el trabajo en parejas para identificar emociones en el otro, dibujos sobre el estado de ánimo, la exploración de referentes, la indagación sobre su identidad, entre otras.
Para abordar estos temas, se realizaron talleres semanales con cada uno de los grupos, donde se apeló a la formación en técnicas artísticas, a la vez que se realizaron sesiones de trabajo psicosocial, con actividades que incentivaron el pensamiento crítico y la reflexión individual y colectiva. Igualmente, como grandes actividades de cierre de esta versión, se realizaron unas sesiones de muralismo con los beneficiarios, en los que se contó con la participación de artistas invitados. Adicional a esto, se realizó una exposición, en la que cada beneficiario pudo dar a conocer el resultado de un proceso derivado en un autorretrato simbólico, que consistió no solo en dibujar su propia silueta, sino representaciones propias, fruto de un constante ejercicio reflexivo sobre ellos mismos como individuos y como sujetos sociales.
Para conocer la historia de Carlos Rojas, haz clic aquí.
Objetivos
General
Contrarrestar los efectos negativos de la experiencia penitenciaria a través de prácticas artísticas y habilidades socioemocionales que favorezcan la reintegración de los internos a la sociedad.
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Específicos
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Generar reflexiones en torno a narrativas y referentes de vida alternativos para la proyección futura de los internos.
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Incentivar procesos artísticos en los que se motive a la expresión de las emociones y al fortalecimiento de la autoestima de los internos en el marco de su reintegración social.
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Promover nuevas formas de habitar el sistema penitenciario a través del trabajo colaborativo y entornos de sana convivencia.
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Capacitar a los internos en técnicas artísticas que les pueden servir como forma de expresión en el marco de su reintegración en la sociedad.
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Metodología:
Para desarrollar el proyecto se realizaron talleres semanales con los beneficiarios en los centros penitenciarios de Pedregal y Bellavista en Medellín. Para el diseño de las actividades nos basamos en prácticas de arteterapia que les permitieron a los beneficiarios el reencuentro con ellos mismos, reconocer y gestionar diferentes emociones, favorecer la construcción de sentidos de vida, permitir un espacio de reflexión acerca de sus familias y el rol de cada uno de sus miembros, entre otros.
En estas sesiones de trabajo, se apeló a la formación en técnicas artísticas, a la vez que se realizaron sesiones de trabajo psicosocial, con actividades que incentivaron el pensamiento crítico y la reflexión individual y colectiva. En cuanto a las técnicas artísticas, trabajamos especialmente el dibujo y la pintura con actividades como el dibujo guiado del rostro, retratos, autorretratos, dibujo guiado de la figura humana, entre otros. En las sesiones de trabajo psicosocial se realizaron actividades como el trabajo en parejas para identificar emociones en el otro, dibujos sobre el estado de ánimo, la exploración de referentes, la indagación sobre su identidad, entre otras.
Logros:
Mural
En el Centro Penitenciario Pedregal se realizaron dos murales, debido a que se cuenta con grupo femenino y masculino. En el primero, se realizó en la base de la cancha de basketball, después de escoger a un grupo de 14 participantes, seleccionadas por sus habilidades artísticas, puesto que el tiempo era corto y el lugar muy extenso. Para trabajar con ellas, se contó con la participación de Mónica Gaviria, quien realizó en conjunto una lluvia de ideas de las palabras que les gustaría plasmar en el mural, después cada una diseñó ideas de motivos para decorar las letras. En los días posteriores, del 5 al 9 de noviembre, las privadas de la libertad trabajaron directamente en el mural, ayudando a mezclar colores, pintar fondos, delinear y sombrear, hasta sacar y guardar los materiales.
En este proceso, los facilitadores destacaron el trabajo en equipo, el incentivo que generaron en otras compañeras del establecimiento y el entusiasmo en seguir creando para habitar otros espacios, más allá de los que habitúan.
Por otro lado, con los hombres del Centro Penitenciario Pedregal, se diseñó el concepto, la idea y la imagen de la construcción colectiva que iban a realizar. Por unanimidad los participantes decidieron plasmar las palabras FORTALEZA, PAZ, AMOR, BIENESTAR Y CAMBIO, teniendo en cuenta una paleta cromática compuesta por Cyan, Magenta y Amarillo, colores intencionalmente seleccionados en concordancia con lo que querían transmitir psicológicamente a los demás. En este proceso, los beneficiarios aprendieron a usar el aerosol, apropiándose de la técnica en la práctica sobre un papelógrafo.
El trabajo se hizo en conjunto: el artista invitado contorneó las palabras, mientras que los privados de la libertad las rellenaban con los colores seleccionados. En este ejercicio, también se hizo evidente la apropiación de los participantes respecto a la actividad puesto que, por iniciativa propia fueron rellenando fondos y reuniendo los elementos necesarios para lograr un buen resultado final.
En el Centro Penitenciario Bellavista, se hizo una obra colectiva que incentivó la participación de todos; muchos de ellos se dibujaron saliendo del centro penitenciario, con lo que los facilitadores pudieron concluir que querían expresar sus anhelos de libertad, y que eso debería ser lo que iría en el mural. Para representar esto se eligió a la paloma como símbolo, la cual estaría volando a través de una ondas que llevarían palabras importantes, seleccionadas por los privados de la libertad, como amor, paz, esperanza, resurgir, perseverancia, armonía, propósitos, entre otras. Después de decantar esta lluvia de ideas, se decidió que la palabra que se plasmaría sería LIBERTAD.
Exposiciones:
Medellín. Pulso de la ciudad.
Del 30 de noviembre de 2022 al 9 de abril de 2023 Casa Tres Patios participó en la exposición del Museo de Arte Moderno de Medellín (MAMM), Medellín. Pulso de la ciudad, la cual indagaba sobre las prácticas artísticas y culturales que surgen de la urbe para intentar comprender su situación actual, logros y retos incluidos. Allí se hizo una instalación para visibilizar la complejidad del sistema penitenciario en Colombia y a las personas privadas de libertad que pasan por este sistema. El objetivo era brindar al público una mirada humanizante de esas personas con el fin de empezar a desestigmatizar a quienes siguen dentro de las instituciones y los y las que salgan de ellos y buscan la forma de integrarse en la sociedad con todas las garantías de cualquier ciudadano.
Casa Tres Patios presentó cinco obras al público, con las cuales tendió puentes entre las personas que están en la libertad y quienes está privados de ella, así, pudo durante cuatro meses fue posible superar los muros, aquellas barreras que se levantan en el sistema penitenciario, y entablar diálogos en diferido entre los y las internas y las personas que se encuentran en libertad.
Aquí podrás conocer algunas de las obras en las que resaltan sus identidades y su individualidad. El ejercicio fue contemplado como una forma de sacar a los internos de su cotidianidad para pensar en temas que ellos consideran importantes. En este proceso se produjeron 101 carteles, que se aprecian el este video.
Otra de las obras que estuvo en el MMAM es Mapa incompleto de tragedia y esperanza, un diagrama que visibiliza algunas de las complejidades en la estructura social y política de Colombia y sus resultados. Es una interpretación incompleta de las condiciones sociales, políticas y económicas que contribuyen al ciclo de la criminalidad, los procesos judiciales, la encarcelación y la estigmatización de los personas condenadas.
Producto de este trabajo, surgió una publicación que condensa este ejercicio de producción de carteles en donde, a través de los textos y las imágenes producidas por la población privada de la libertad, se aprecia que elles son personas con dimensiones profundas, preocupades por la relaciones personales, el medio ambiente, la política, los derechos humanos, las condiciones en la cárcel y más. Para conocer esta publicación, puedes hacer clic aquí.
Autorretratos: miradas distintas
Para dar a conocer los resultados de este proceso se han realizado exposiciones con los grupos femeninos y masculinos del Centro Penitenciario Pedregal y los internos de Bellavista. En estos eventos, cada privado de la libertad presentó un dibujo producto de las reflexiones y formaciones conjuntas que han hecho en su paso por Trazos de Libertad.
Así, durante 2021 y 2022 se expusieron las obras de los participantes tanto al interior de los centros penitenciarios como en un espacio abierto al público en la Fundación Casa Tres Patios. El hilo conductor principal de este trabajo fue la realización de un autorretrato simbólico, en el que se tenían que representar, pero no necesariamente plasmando su propia figura. Esto lo podían hacer mediante símbolos, intereses, inspiraciones, anhelos, etc., la meta final era un producto que hablara de ellos mismos.
Cada una de las imágenes de esta exposición expresa gestos espontáneos que contienen la esencia de los y las artistas en estos momentos de sus vidas. Por parte de los grupos femeninos de Pedregal, las beneficiarias muestran sus sentimientos con un rango amplio de símbolos y reflexiones narrativas. En estas obras recurren a temas comunes y temas personales en los cuales incluyen la familia o miembros particulares de esta, la libertad, la paz, la tranquilidad, la angustia, la resistencia, entre otros. Igualmente, cada una muestra un proceso de aprendizaje propio. Tanto desde la técnica como de la reflexión interna sobre ellas mismas y los elementos o escenarios que les provoca el disfrute y la reconocimiento de sus propios valores, podemos ver pasos importantes en su proceso de valorar su propio ser.
Para ver esta exposición, puedes hacer clic aquí, donde encontrarás un recorrido virtual por cada una de las obras de los participantes de Trazos de Libertad.
En este sentido, este proyecto buscó brindar a los internos herramientas para contrarrestar los efectos negativos que trajeron consigo la experiencia penitenciaria y fortalecer sus procesos de reintegración a la sociedad (autoestima, referentes de vida alternativos, expresión de sensaciones y sentimientos). Fue así como este se presentó como un escenario para dialogar y reflexionar sobre aquellos temas que resultaron de interés tanto en su vida cotidiana dentro del sistema penitenciario como en el proceso de reincorporación en el que se encontraban.
La duración del proyecto permitió que en él participaran personas que contaban con penas privativas de la libertad superiores a 5 años así como con participantes que tenían penas inferiores. Lo anterior planteó retos metodológicos en la medida en que se buscaba que la totalidad de las personas que hacían parte del proyecto encontraran en él un escenario para la reintegración.