Comunicar para crear comunidad
La construcción de una ciudadanía más activa y participativa pasa no solo por el hecho de que esta reciba información y la analice de manera crítica, sino que es clave que cada sujeto aprenda y se le permita comunicar. En este sentido, no hay que quedarse solo con el concepto de información, el cual, de alguna manera, implica solo un proceso de difusión unidirecccional en el que se busca solo la trasmisión y no la transformación.
Por eso, la clave en los procesos de cambio social es la comunicación, entendida desde su sentido etimológico: la puesta en común, el vínculo entre las personas que, como lo plantea el comunicólogo mexicano Jesús Galindo Cáceres, hace “referencia al intercambio de acciones que modifican la organización y la percepción de, por lo menos, dos sistemas de acción en contacto”.
Ausencia de comunicación
Si lo que queda en una sociedad es solo una avalancha de información y una ausencia de comunicación, se abren los caminos para la violencia (como forma común de incomunicación) y la dominación de unos sobre otros (como forma de no comunicación).
Cuando solo se busca que solo prevalezca un sistema de información en los procesos sociales, es decir, una mirada sobre el mundo, una única verdad, lo que realmente sucede es que, en el fondo, se está silenciando a otro quien, en muchos casos, solo tiene como opción para sobrevivir la subordinación, ya sea porque desconoce otras posibilidades o porque si las menciona en voz alta, es aniquilado.
Para conocer más sobre este tema, te invitamos a leer el artículo ¿Cómo evitar regímenes autoritarios?
Esto lo han planteado autores colombianos como Cristina Rojas y Jesús Martín Barbero quienes han dado cuenta de cómo la exclusión y la falta de reconocimiento de las diversas posturas e ideas, es decir, la ausencia de la comunicación solo ha dejado dolor y, para argumentar esta postura, dan cuenta de la historia de Colombia en tres momentos:
1. La creación de un Estado en cuyos discursos fundacionales la exclusión de los indígenas, los negros y las mujeres fue radical. Aquí la diferencia era afirmada únicamente en su irreductible y negativa alteridad. Para Cristina Rojas, "en la Colombia del siglo XIX la identidad nacional se construyó con base en la imagen de la civilización europea en contraposición a la barbarie de los grupos indígenas, mestizos, mulatos y negros".
2. La formación de una sociedad en la que la exclusión del pueblo, o sea las mayorías, se ha legitimado desde la colonia, en su carencia de inteligencia tanto como de propiedad. Y, además, se cimentó en una concepción del mestizaje como proceso de "blanqueamiento de las razas inferiores"
3. El dominio por tanto tiempo (específicamente a partir de la segunda mitad del siglo XX) de dos partidos o dos posturas políticas que se concibieron a sí mismas como mutuamente excluyentes, imposibilitó el espacio común y la cabida de otros relatos con visiones del mundo diferentes.
Todos estos hechos tienen algo en común: la negación de la comunicación, de la posibilidad de entenderla como un sistema abierto de interacciones que se da en un contexto determinado y parte del reconocimiento de la diferencia, de la distancia y, por en medio de esto, entender la necesidad de la aproximación, de la vinculación.
Es en la comunicación donde se gesta la transformación, porque permite el encuentro entre personas que tienen perspectivas diferentes, pero que, a través del diálogo, pueden buscan construir un sentido o un propósito común.
Es importante posibilitar la existencia de sistemas diversos de información, en otras palabras, de múltiples versiones del mundo, de relatos sobre la existencia, que cooperan, colaboran y permitan que la percepción de las personas no se limite y que pueda tener varios referentes para elaborar sus propias representaciones de la realidad, pero sin perder de vista el objetivo de la construcción de la equidad o, en palabras de Jesús Galindo Cáceres, de “comportamientos democráticos, dialógicos, dialécticos, de la convivencia de los diferentes”.
Cambio social
"El sentido básico de la alfabetización sea aprender a escribir su vida como autor y testigo de su historia: biografiarse, existenciarse, historizarse" Paulo Freire.
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