Conexión emocional para descubrir el mundo

Muchos de los expertos colombianos en educación han llamado una tragedia al hecho de que en las instituciones educativas formales se forma para cumplir con los requisitos de pruebas estandarizadas pero muy poco para la vida, de modo que: “sabemos mucho de lo otro, poco de los otros y nada sobre nosotros mismos” y esto da cuenta de una desconexión de lo corporal y lo emocional y una priorización de lo racional.

Sin embargo, las emociones juegan un papel crucial en el proceso de aprendizaje; cuando las personas se siente emocionalmente conectadas con algún conocimiento son más propensas a involucrarse activamente, a perseverar en la resolución de problemas y a formular preguntas profundas, las cuales son habilidades fundamentales para abordar los desafíos del mundo de hoy que requiere, sobre todo, es clave la capacidad de adaptación al cambio y a la incertidumbre.  

Por eso, el desarrollo y fortalecimiento de habilidades socioemocionales como la autoconciencia, la autogestión, la empatía, la toma de decisiones, la autonomía, es clave. Sin embargo, para poder lograr esto es necesario entender cada una de ellas: 

Autoconciencia: implica la capacidad de reconocer las emociones y comprender cómo estas influyen en el comportamiento; esto puede ser una pista para identificar lo que motiva a alguien y por qué (así como lo que no) y a la vez facilita la búsqueda activa de experiencias de aprendizaje que resuenen con cada uno a nivel personal.

Autogestión: después de saber reconocer las emociones es clave saber cómo poder manejarlas, especialmente, el poder regular aquellas que, desde algunas definiciones, se consideran negativas como la frustración o el aburrimiento. Desarrollar esta habilidad nos capacita para perseverar ante diversos desafíos, incluidos los académicos y profesionales.

Habilidades de relación: en este punto aparece la empatía que posibilita el establecimiento de relaciones desde la comprensión y el apoyo. Cuando se está en un ambiente de aprendizaje que permite la integración y la colaboración se puede incrementar la curiosidad  y el deseo de aprender. De aquí se resalta la importancia de que los entornos de aprendizaje puedan ser espacios donde las personas se sientan seguras y valoradas. 

Toma de decisiones: aunque en el mundo de hoy predomina la incertidumbre es clave que esto no nos lleve a la parálisis, de ahí que la importancia de tomar decisiones informadas y responsables puede ser un motor para que valoremos el aprendizaje como una herramienta para alcanzar objetivos personales y profesionales.

Desarrollo de la autonomía: relacionado con el punto anterior, el brindar a las personas la oportunidad de tomar decisiones sobre su propio aprendizaje puede aumentar su motivación y hacer que el conocimiento que se adquiera o se ponga en práctica sea más relevante y emocionante.

Con todo lo anterior, incorporar actividades y programas que desarrollen habilidades socioemocionales puede ayudar a los estudiantes a manejar mejor aquello que sienten y que los atraviesa y a conectarse de manera profunda con el aprendizaje; asimismo los programas educativos deben procurar relacionar el contenido académico con situaciones y problemas de la vida real y mostrar cómo los conocimientos pueden aplicarse en contextos prácticos.

Todas estas estrategias, acompañadas de la posibilidad de animar a los estudiantes a reflexionar sobre lo que están aprendiendo y por qué, puede ayudarles a encontrar un sentido personal en el aprendizaje e incluso prepararnos para el futuro al invitarnos a tener los sentidos bien abiertos y la razón reflexiva.