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Lo que se viene

Un grito en la pared


Sea cual sea el lugar que habitemos, lo más probable es que hayamos visto, por lo menos en una ocasión, un cartel pegado en una pared esperando comunicar un mensaje. En Colombia este hecho es bastante común, en cada esquina es posible encontrar un mensaje diferente , tal vez sea un “Se confecciona ropa”, “AFILIESE: EPS, ARL...”, “ Pantallas de Netflix a 10.000”, un “Se busca perro, se ofrece recompensa”, o, la propaganda electoral de un candidato político… Sea cual sea el mensaje, todos, hacen reconocible la forma de publicidad impresa más accesible del mundo: el cartel.


Sin embargo, los carteles o el cartelismo propiamente dicho, abarca mucho más que solo los mensajes publicitarios, pues, siendo el medio de comunicación masivo más antiguo de la historia, ha logrado desarrollar, a través del tiempo, una gran diversidad de líneas, unas tal vez más artísticas y políticas que otras.


Mutaciones


La primera intención del cartel fue ser un medio de comunicación masivo: pegándolos en blanco y negro en las peredes de casi cualquier lugar, se esperaba comunicar mensajes importantes según cada contexto. El nacimiento del cartel se ve marcado por la invención de la imprenta en el siglo XV en Europa, pues ésta permitió la mecanización de los procesos de entintado de papel, propiciando la fabricación de libros, comunicados y carteles de una forma más sencilla y masiva.

Sin embargo, no fue sino hasta el siglo XIX, en Francia, cuando se empezaron a sembrar las primeras semillas para que el cartel fuera adoptando una forma semejante a la que se conoce actualmente. En el año 1858 nace el cartel moderno cuando Jules Chéret, un pintor de la época, innova en las formas ya existentes de impresión litográfica, haciendo más fácil los grabados y sumando la posibilidad de imprimir piezas ilustradas a color, sacando su primer diseño para la ópera ‘Orphée aux Enfers’.





Una manifestación política


Esta innovación, abrió paso, poco a poco, a que el cartel fuera adoptado por otras áreas de la sociedad y no solo con fines publicitarios. Así, el cartel fue usado en la primera y segunda guerra mundial, utilizándose para el reclutamiento, para solicitar apoyo económico, y para divulgar las atrocidades de la guerra, forma que esperaba sumar ideológicamente más personas a un bando en específico mostrando al otro como el villano, marcando el inicio del cartelismo político.


Más tarde, por una línea de igual forma política, pero ya de otro extremo ideológico, el cartel fue usado por los movimientos sociales revolucionarios de 1968, marcando el inicio del cartelismo de protesta en su línea artístico-política como se conoce hoy en día, pues fue en este año en el que diferentes artistas, en apoyo esta causa, se sumaron para crear carteles esperando comunicar de una forma creativa, estética y revolucionaria sus ideales, marcando al cartelismo como “un grito en la pared”.



¡Atención!


Con el contexto anterior, se puede, entonces, distinguir dos tipos de carteles: por un lado están aquellos con fines publicitarios, en donde también están los que llaman la atención sobre eventos culturales, musicales, cinematográficos. Por otro lado, están los carteles con una línea artístico-política: aquellos que esperan comunicar un mensaje, concientizar, hacer pedagogía sobre un contexto social específico o, incluso, propaganda.

Esta última línea del cartelismo, es tal vez la que más reconoce el poder de transmitir mensajes socio-políticos a través del arte. Su forma de expresión artística se puede sumar a las formas urbanas de arte contemporáneo como lo es el grafismo, pues tienen en común el hacer que los muros hablan por sí solos.

Las paredes hablan


Estas formas de comunicación a través del cartelismo son especialmente fuertes en comunicar mensajes contraculturales, o con la intención de transmitir un deseo de transformación social, ya que utilizan las calles reconociéndolas como un espacio público y popular en el que todos podrán ver los mensajes que los medios de comunicación masivos y hegemónicos no se atreven a transmitir. Serán entonces los carteles los que se tomen los muros de una forma política, identificando los lugares y tiempos preciso para compartir ciertos mensajes.


A partir del reconocimiento del potencial que tiene el arte para comunicar mensajes a través de las paredes, especialmente de una técnica artística como el cartelismo, el proyecto Crear Sin Fronteras -proyecto del cual participa la fundación Casa Tres Patios y sobre el que puedes conocer más en esta entrada-, realizó un ejercicio de cartelismo con diferentes colectivos integrados por jóvenes de las comunas 8 y 13 de Medellín.


En este ejercicio se comunica un aprendizaje trazado por los participantes del proyecto: las fronteras se mueven hasta casi desaparecer cuando hay un propósito en común: crear. Los invitamos a conocer los resultados de este ejercicio en la galería virtual “Del dicho al hecho: Una apuesta por la diversidad, la inclusión y la desestigmatización” en donde diferentes expertos en las áreas del arte y las comunicaciones comentan algunas obras.



 

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