Una oportunidad para transformar
La esperanza de cambio es quizás la principal fuerza que mueve a los colombianos cuando salen a votar aunque, en muchos casos, el escepticismo y la decepción primen. En los años electorales pasados, especialmente en las elecciones presidenciales, el común denominador fue la abstención de más del 50 por ciento de las personas habilitadas para votar (en 2010 la cifra llegó al 56%); solamente en 2018 se rompió este patrón y el porcentaje fue del 47%.
Este 2022 quizás sea distinto y la necesidad de cambio que se ha manifestado en Colombia, por ejemplo, a partir de lo sucedido en el 2021 con la ola de protestas que se vivió entre abril y junio, podría cambiar la balanza y motivar a más personas a votar por líderes distintos provenientes de los movimientos sociales o del mundo académico y escapar del clientelismo que tradicionalmente se hace sentir en las urnas.
Según la Registraduría Nacional del Estado Civil, para las elecciones hay 38′819.901 ciudadanos colombianos habilitados que pueden ejercer su derecho al voto.
Para el 13 de marzo, en las elecciones legislativas, el país estará eligiendo a senadores y representantes a la cámara, aquellos que se encargarán de formular leyes, hacer control al gobierno e, incluso, tienen la posibilidad de reformar la constitución. El Congreso será fundamental, además, porque quienes queden definirán la gobernabilidad del presidente que sea electo a mitad de año en segunda vuelta presidencial, en caso de que la haya; es decir, dependerá del legislativo el poder o no sacar adelante los cambios o reformas que la sociedad ha reclamado en las calles.
En este video encontrarán algunas claves para ser más conscientes sobre la elección de un candidato que pueda servir al interés general de un país que pasa por una situación difícil en términos de gobernabilidad, de inflación y de violencia, pues hay departamentos como el Chocó, Arauca y la región del Catatumbo, donde los grupos armados ilegales, justo en esta época, han aumentado sus disputas territoriales y, por tanto, el miedo con el que buscan intimidar a las personas e impedir que voten libremente.
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